martes, 6 de mayo de 2008
sábado, 3 de mayo de 2008
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IZQDA- EL LAGO DE LOS CINES - DECHA-Bancarrota mundial, 2008, con humor
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MI SOLEDAD - LAURA PAUSINI
jueves, 1 de mayo de 2008
LA SOCIEDAD DE MIS SUEÑOS
EL IDEAL DE LOS VOLUNTARIOS
O
POR
JOSE VELASCO
El Gran Amunaki
Este libro está dedicado, a los Voluntarios de ambos sexos, que desprendidamente, y con toda su buena fe, se desplazan a cualquier lugar del mundo, para ayudar a los más necesitados, sin importarles nada, su raza, su edad, su sexo, su clase social, sus ideas políticas o su religión.
Y les hago esta dedicatoria, porque las personas dispuestas a trabajar con esa altura de miras, serán las encargadas de FORMAR GOBIERNOS, EN LAS NUEVAS SOCIEDADES DEL FUTURO. Ya que en el transcurso de
Y así mismo, invito a todos esos VOLUNTARI@S; a que GOBIERNEN con arreglo a las normas DEL PARTIDO ROTAVULISTA, ya que parte de las normas por las que él se rige, están inspiradas en su comportamiento, como se puede comprobar leyendo este libro.
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HOMENAJE A CERVANTES
HOMENAJE
DE DONQUIJOTE Y SANCHO
A
DON MIGUEL DE CERVANTES
NOVELA
POR
JOSE VELASCO SAMPELAYO
EL GRAN AMUNAKI
ALGO SOBRE EL `PREMIO CERVANTES
CAPITULO PRIMERO
Lo cual quiere decir, que por fin, el autor del QUIJOTE ha conseguido que le dieran el premio CERVANTES. Que según dicen, es el Nóbel de las letras hispanas.
La noticia como es de suponer, se dio en todos los medio de comunicación, y levantó la normal conmoción en el mundo literario
Llevaba años nuestro gran autor, escribiendo artículos y publicando novelas, pero como vendía poco, y no era muy bien visto por los estamentos oficiales, seguía siendo el eterno aspirante, a pesar de que todos los escritores que lo habían recibido, no le llegaban a la suela del zapato, o si se prefiere, no le llegaba ni a las teclas del ordenador en el que escribía. Por ese motivo no dejaba de preguntarse: ¿ Si se lo han dado a Cela, a Echegaray y a otros tantos, que dentro de poco nadie se acordará de ellos, por qué no me lo dan a mí, que soy inmortal hace quinientos años? ¿Y por qué no me lo dan si saben la falta que me hace ese dinero? - Claro, - seguía pensando para sus adentros, - que tampoco se lo dieron a Quevedo, ni a Valle Inclán, ni a tantos otros que tienen más méritos que estos pica-letras galardonados de ahora, que para conseguirlo tienen trabajando a sus acólitos durante años y años, en revistas, programas de televisión, periódicos y mafiosos comités de presión, que no paran de hacer su trabajo hasta que lo consiguen. De todas formas, - seguía diciéndose, - tengo que reconocer, que yo estoy solo con mi talento, y eso sin unos buenos padrinos o una buena cantidad de suerte, siempre ha valido muy poco en esta tierra.
Sin embargo, lo que más le había dolido era, que para que se lo pudieran dar, tuvo que firmar sus libros con un alias. Cosa que es fácil de comprender, ya que si estaba considerado el mejor y el más famoso escritor de novelas del mundo, ¿ por qué iba a tener que firmar sus obras con un seudónimo? Pero al fin tuvo que reconocer, que tenía razón su buen amigo Tomás Gutiérrez, cuando le dijo: - Con ese nombre nadie te dará un premio, porque creerán que están desprestigiando el original, ya que te consideran una mala copia del auténtico Cervantes, simplemente por llevar tu antiguo nombre.
- ¿No querrás decirme que tengo que renegar de lo que fui, para poder ser reconocido ahora? – Le contestó don Miguel ofendido.
- No. No digo eso. – Le respondió su amigo. – Pero tendrás que reconocer conmigo, que las tres grandes putadas que te ha hecho la vida en esta tu última reencarnación, han sido la de volver a nacerte hombre, la de volver a hacerte escritor y la de volver a llamarte igual que cuando escribiste el Quijote. Por eso, nadie quiere reconocer que eres el de entonces, ya que si lo hicieran, tendrían que colocarte en lo más alto del escalafón literario, tendrían que darte todos los premios y rendirte todos lo homenajes. Y eso se le puede hacer a un muerto, pero en este país, nunca se lo harán a un vivo, que lo merezca.
De todas formas, y ante la insistencia de su amigo, el bueno de don Miguel, decidió hacerle caso, y buscarse un seudónimo. Pero inmediatamente se le presentó el problema de querer encontrar un alias, que sin pronunciar su nombre, dijera que fuera él. Por ese motivo después de rechazar muchos, llegó a la conclusión que el mejor seudónimo con el que podría firmar sus obras, sería “ El Mismo “. Así, sin decir el suyo, seguiría diciendo, que era El Mismo, don Miguel de Cervantes y Saavedra de siempre.
Una vez solucionado el dilema del alias, se dedico a escribir y a publicar sus obras, y cuando menos lo esperaba, se obró el prodigio. Y un día al descolgar el teléfono, le llegó la gran noticia, que horas después sería difundida por todos los medios de comunicación con estas palabras: “ ¡Milagro! A un casi desconocido y veterano escritor, que firma con el alias de “ El Mismo “, acaban de concederle el premio Cervantes”.
Lo que no sabía nuestro hombre era, que le habían dado el premio, no porque los del jurado creyeran que era el mejor, ya que todos ellos consideraban, que eso era lo de menos, sino porque al dárselo a él, quisieron solucionar el gran problema que se había suscitado, en las altas esferas que gobernaban las entretelas del premio, a causa de la terribles presiones que ejercían sobre ellos, a través de sus agentes literarios, las dos mafias editoriales más fuertes del país, con el fin de conseguir para uno de sus escritores, el soñado, y productivo galardón. Y esto era así, porque en los tiempos que corren, los premios literarios, no los dan los pomposos jurados, aparentemente imparciales, de las grandes editoriales, sino que se los reparte los agentes literarios, entre sus escritores, en sendas reuniones que tienen entre todas ellas. Ya que todos ellos, son mujeres. Y como en esta ocasión no consiguieron ponerse de acuerdo para que lo recibiera alguno de los que ellas representaban, al dárselo a él, pensaron que toda la furia y la de todos los medios de comunicación manipulados por ellas, caería sobre el galardonado. Y así sus pupilos y editoriales se verían libres del acoso y la presión del bando perdedor.
Nadie sabe si los agentes consiguieron su objetivo, ni tampoco sé, si a don Miguel le cobraron de alguna manera las dos superpotencias del libro, el delito de haberles birlado el premio. Pero tiempo después, tuvo que admitir ante su amigo, que una vez pasadas las enhorabuenas y las entrevistas propias del caso, habían empezado a ignorarle en todas partes. Y no tuvo más remedio que refugiarse en revistas y periódicos de segunda fila; para poder seguir subsistiendo. Pues de todos era bien sabido, que así como en su primera venida a este mundo, siempre se hallaba sin blanca, en la segunda se encontraba casi siempre, sin un euro en el bolsillo. Y además, también tuvo que aguantar los artículos despectivos y casi insultantes de otros personajillos que lo habían recibido antes que él. Y hasta las opiniones destructivas, no muy bien escritas, pero sí muy bien pagadas; de alguien al que le habían dado el premio antes que a él. De todas formas, lo más cojonudo de todo fue, que cuando estaba en su casa de Alcalá de Henares, sentado ante la mesa de su despacho, mirando alucinado el talonario de cheques y la cartilla del banco en el que le habían ingresado los 90 millones de €. del premio, y repitiendo la cantidad una y otra vez, con el fin de poder creérselo y poder grabarla en su cerebro a puro huevo; de repente se presentaron ante él, los dos personajes principales de la novela que le había dado y todavía sigue dándole fama universal. Él al verlos se quedó como transpuesto, pensando que en su mente se estaba repitiendo el sueño, que hace siglos le impulsó a escribir el Quijote, pero su asombro y hasta su miedo llegó al colmo cuando Sancho, cumpliendo órdenes de su amo, se plantó delante de su mesa escritorio y le dijo: - ¡A la buena de Dios don Miguel!
-! ¡A la buena de Dios, Sancho amigo! – Respondió él, con alucine reflejado en su rostro. Pero al ver que el otro seguía callando, continuó diciendo: - Cuantos siglos sin veros. ¿ Se puede saber qué os trae por aquí?
- Pues vera usted, mi señor. – Siguió diciendo el fiel escudero. - Como muy bien todos sabemos, usted fue nuestro padre, nuestro creador o nuestro inventor. Cosa por lo que le estaremos eternamente agradecidos, pero también los tres sabemos, que usted sin nosotros no sería nada, por lo que venimos a reclamarle la cuota parte que nos corresponde, del premio que acaban de darle.
- ¿ Qué quiere decir eso? – Preguntó Cervantes, sin alcanzar a entender del todo, lo que el otro decía.
Sancho antes de responder, volvió los ojos hacia don Quijote que se había quedado en la entrada embutido en su armadura, sujetando con una mano la lanza y con otra el escudo, y después de observar que el caballero le hacia una señal de ánimo con la cara, se volvió hacia su creador y reflejando en su rostro un gesto entre compungido y avaricioso, continuó diciendo: - Pues verá usted, Don Miguel. – Eso quiere decir, que tiene que hacer tres partes iguales de los millones del premio Cervantes, y a continuación, darnos un cheque al portador, con la cantidad que nos corresponde a cada uno de nosotros.
Don Miguel al escuchar aquello, abrió unos ojos como platos, mientras pensaba que aquel par de tipos eran unos estafadores, que se habían disfrazado para poder robarle con mayor facilidad. Por eso, después de pensar unos momentos su respuesta, dijo lo más amablemente que pudo: - ¿Quieres repetirme lo que acabas de decir, Sancho?
- Con mucho gusto don Miguel. - Contestó Sancho en tono complaciente. - Pues ya sabíamos que esto podría sorprenderle. Pero en cuanto usted rellene los cheques, los firme y nos los entregue, ya vera como se siente tan feliz como nosotros.
¡Vive Dios, Sancho! Que si no retiras lo que acabas de decir, te puedes dar por muerto. - Explotó al fin el escritor si poder contenerse. - Pues yo te juro por la salvación de tu alma, que os convierto en cadáveres, haciéndoos desaparecer de las páginas de mi libro, por siempre, jamás amén. Y después, podéis ir a reclamar a san Pedro, porque os dejaré como si no hubierais existido. Que para el caso, es igual que si estuvierais muertos.
Don Quijote al escuchar lo dicho por Cervantes se adelantó unos pasos y plantándose delante de su inventor le dijo, después de darle el escudo a Sancho para poder santiguarse: - Mire usted muy bien lo que dice, mi señor don Miguel, porque no se puede andar jugando con la salvación de las almas de los demás, ni tampoco traer a colación a san Pedro, para no cumplir con su deber.
- Mi deber es escribir lo mejor que puedo, y contar las historias más brillantes del mundo. Y eso es lo que trato de hacer. Y como podéis ver, los resultados están a la vista. O sea, que así como os creé, os puedo eliminar y se acabo el problema.- Contestó todo exaltado el escritor.
- Eso será lo que tase un sastre. – contestó Sancho, sin inmutarse. - Porque si para inventarnos no necesitó nuestro permiso, ahora, para poder cumplir su amenaza, tiene que contar con él.
- Y no sólo con él. – Siguió diciendo don Quijote. – Si no también con el permiso y la anulación de la memoria colectiva de todo el mundo, que nos ha tomado por sus héroes. Y para poder demostrárselo aquí estamos los dos, y ahí a fuera, está nuestro libro traducido a todos los idiomas del mundo - Además, usted muy bien sabe, qué los personajes de las novelas, toman vida propia según ellas van creciendo. Y que una vez llegados a un cierto punto, son ellos los que le dictan al escritor lo que tiene que escribir, y no es el escritor, el que les dice a ellos lo que tienen que hacer. Lo cual conlleva que con toda razón le pidamos parte de su dinero, como bienes gananciales que nos corresponden, desde que los tres, formamos en igualdad de condiciones, la sociedad limitada e indisoluble, que se auntomáticamente se formó, en el momento mismo, en el que se publico el Quijote.
- Yo no sé nada de esa sociedad limitada e indisoluble de la que me hablas. Y eso de que los personajes dictan al escritor, lo que ellos quieren que escriban, les puede pasar a cuatro pelagatos sin personalidad, pero no a mí. – Respondió Cervantes con orgullo.
- Eso puede que le pasara a usted con nosotros, la primera vez que nos noveló, pero no estamos dispuestos a que se repita. – Sentenció don Quijote.
-Así es. – Afirmo Sancho. – Y tampoco estamos dispuestos a consentir que se lleve a sus bolsillos todo el dinero y nos deje a nosotros con la fama falsa y hueca. Pues ya sabe el refrán que dice: - Don sin din, campana sin badajo. O sea que si quiere tener la fiesta en paz, suelte la gallina y todos tan contentos.
Cervantes al escuchar aquello, se quedó unos momentos pensando que aquello era un cruel y terrible pesadilla, pero viendo que seguían allí, dispuestos a cobrar su parte, empezó a pensar la mejor manera de quitarse de encima a sus presuntos socios o rebeldes hijos. Por un momento pensó llamar a la policía y acabar de una vez aquel asunto. Pero desecho la idea al pensar, que si realmente eran unos ladrones, seguramente tendrían prevista esa circunstancia, y podría ser peor el remedio que la enfermedad. Por eso pensó decirles, que si ellos dos querían su parte, también tenían derecho a ella los numerosos personajes que salen en su obra, pero nuevamente rechazo la idea, pensando que si todos ellos llegasen hasta su despacho, con el fin de participar en el reparto, se iba a quedar sin un euro. Por lo que para poder seguir pensando, se levantó, dio una vuelta alrededor de aquellos dos tipos, como queriendo pasarles revista. Posó amistosamente su mano sobre el hombro de Sancho, para comprobar si era de carne y hueso y como vio que así era, volvió a sentarse en su sillón, los miró fijamente y decidido a llevarles la corriente, hasta ver en que paraba todo aquello, les dijo: - Os voy a lanzar una oferta que no podréis rechazar.
- Antes de rechazarla, la estudiaremos con gran detenimiento, por venir de quién viene. – Aseguro Don Quijote.
- De todas formas le advierto, que si con esa oferta quiere librarse del reparto, pierde el tiempo. – Aseguró Sancho.
- No interrumpas, a don Miguel, Sancho mío, pues muy bien sabes que ha sido, es y será, parte de nuestras vidas y de nuestra nuestras almas.
- Sí. Pero de ahora en adelante, también será parte de nuestras haciendas. – Aseguró el escudero, totalmente convencido.
- Antes de nada, debemos escuchar su oferta. – Aseguró don Quijote.
- Muy bien. – Siguió diciendo Cervantes al ver que los dos se habían callado.- Mi oferta es esta: Os propongo que me dejéis guardar el dinero, con el fin de invertirlo en propaganda y en pagar agentes, con suficiente categoría en ciertas mafias políticas, mediáticas y culturales, para conseguir que me concedan el premio Nóbel. Y cuando lo haya conseguido y tengamos el dinero en nuestras manos, lo repartiremos a partes iguales. Entendiendo que esas partes serán mucho más grandes que las que nos tocan ahora, por ser el premio mayor. ¿Qué os parece?
Al escuchar lo que decía el escritor, los dos se quedaron callando, como si no la hubieran entendido, hasta que por fin Sancho dijo: - ¿Sabe una cosa don Miguel?
- Dímela tú. – Respondió él, intuyendo que su oferta iba a ser rechazada.
- Pues que como bien usted recordará, hay un refrán que dice: - Más vale pájaro en mano que ciento volando.
- ¿Y eso qué quiere decir? - Respondió don Miguel.
- Pues lo que Sancho quiere decir, es que no es aceptada su propuesta. - Respondió don Quijote, mientras cogía el escudo que Sancho le ofrecía y ponía su lanza en ristre. Y cuando estuvo preparado para el ataque, siguió diciendo: - O sea, que extienda dos cheques al portador, por la parte que nos corresponde y tan amigos.
- ¿Desde cuando, mi señor don Quijote se ha convertido en un pesetero sin pudor, si cuando yo lo creé, era un ser desprendido, un soñador y un romántico que trataba de salvar al mundo de una forma totalmente desinteresada, conformándose con el amor y la admiración de su dama? - Preguntó con amargura Cervantes.
- Lo era y lo sigo siendo. – Respondió él con orgullo, - ya que ese dinero no lo quiero para mí, si no para mandárselo a mi señora Dulcinea, pues según tengo entendido, en esta maldita y falsa sociedad, el recato que ella tiene sobre nuestra vida amorosa, no da dinero. Para conseguir dinero tendría que contar nuestras intimidades en el Hotel Glamour, en Salsa Rosa, en el Gran Hermano, en los marcianos, o en cualquiera de todos esos programas que pagan millones a los famosos, por contar sus chapuzas sentimentales.
-O mandar un mensaje a Diez Minutos, al Hola, o a cualquiera de esas revistas que se dedican a comerciar con las cosas del corazón, del sexo y de otras vísceras corporales; diciendo que quiere venderles unos reportajes sobre sus vidas, más falsos que la madre que los parió. – Se apresuro a rematar Sancho.
- Y yo le recomiendo que lo hagan, porque así se hará tan famoso y ricos, como el Pocholo, Tamara, Belén Esteban, Carmina Ordóñez, Julián el de
Eso ya lo sé - Afirmó con amargura el caballero. – Pero como yo nunca estaré dispuesto a contar cómo y cuántas veces hacemos el amor. El dinero no me llegará, hasta que pueda conquistarlo con la fuerza de mi brazo. Y mientras tanto, y por lo que mis informadores me han dicho, el alcázar de mi dama, está casi en la ruina, por lo que no tiene donde poder recibir con dignidad a todos los embajadores de todos los que Gobiernan el Mundo, ni tampoco a todos los que serán derrotados por mí, de ahora en adelante. Pues pongo en su conocimiento, que estoy dispuesto a realizar otra salida, y más bien pronto que tarde, llegará hasta ella el clamor de mis hazañas, junto con los rendidos por mi lanza, con el fin de contarle mis victorias y rendirla pleitesía. Así mismo, tampoco tiene una gran cámara, con su correspondiente caja fuerte, y una clave secreta y maravillosa, donde pueda guardar los valiosos presentes, junto al cuantioso botín que ganaré para ella, en todos los rincones de
Cervantes al escuchar las ultimas ofertas de don Quijote, elevó los ojos al cielo lleno de admiración, pensando que aquellos dos manguis, tenían muy bien planeado su atraco. Por eso le respondió en el mismo tono diciendo: - Me halaga mucho eso de que quieran hacerme un homenaje, y se lo agradezco en el alma. Y también que quieran llevarme con ustedes como Corresponsal de Guerra, ya que siempre he admirado mucho a Frank Sevilla, desde que le escuche como explicaba a través de Radio Nacional, la entrada de las tropas aliadas en Kabul. ¿ Pero cómo puede vuesa merced decir, que reparta el dinero del premio que acabamos deganar, si en la novela premiada ustedes dos no aparecen ni en pintura?
LA MODERNA DULCINEA
ASÍ HICIERON LOS DIOSES A LOS HOMBRES
PORTADA DEL LIBRO
Soy un individuo de la raza de los Seres Humanos, los cuales, según dice la Biblia, estamos hechos a imagen y semejanza del Dios Yahvé, que es nuestro Padre. Pero lo que no dice la Biblia, es, que tambiéne estamos hechos a imagen y semajanza de la estirpe de los primates a la que pertenecía nuestra madre biológica que fue una mona. A esta criatura, que más que olvidada fue borrada de la historia de laHumanidad; en los días anteriores a la Creación del Hombre y dentro de los laboratorios de los dioses Annunakis, le fue extraído un óvulo, para que fuera fertilizado por el esperma de un dios. Y según puede leerse en los testos sumerios, en lo que está inspirada esta novela, de esa fertilización nació Adán. Y a partir de él, y las correpondientes manipualaciones geneticas, que realizaron los dioses antes citados, fue surgiendo y extendiéndose por la Tierra, la raza mestiza e impura, geneticamente hablando, de la Especie Humana a la que pertenezco.
LANZAMIENTO DE UNA NAVE ESPACIAL HACIA UN NUEVO MUNDO
ASI HICIERON LOS DIOSES A LO HOMBRES
NOVELA HISTÓRICA
POR
José Velasco Sampelayo
Alias: EL GRAN AMMUNAKI
RESUMEN
En esta novela se cuenta y se comenta, al calor del fuego y entre besos y caricias de una pareja enamorada, la historia más real y fantástica que se haya escrito nunca. En ella se funden los Dogmas de Fe, con
Indice
pagina
2 Génesis: Formación definitiva del Sistema Solar
36 Llegada de los astronautas de Marduk a
53 Las primeras ciudades de
72 La primera violación. Una historia de amor. La
lucha por el poder entre los Titanes y los
Anunnakis.
116 El Motín de los Anunnakis Mineros.
140 Así hicieron los dioses a los hombres.
EL INFLADEDOS
EL INFLADEDOS
NOVELA DE HUMOR VARIOPINTO
POR
E. J. VELASCO SAMPELAYO
RESUMEN
Esta es una novela para después de cualquier guerra, ya que todos sus personajes, siempre aparecen en cualquier conflicto armado y en cualquier país, en el que el bando vencedor impone una DEDOCRACIA. Ya que de esa forma, se llama en esta novela, a las Dictaduras, por su afán de gobernar a Dedo.
Además, en ella se trata en clave de humor,
Así mismo, y como eje central de su mascarada, la figura del INFLADEDOS, da vida a un nuevo personaje dentro del mundo de la literatura y de la imaginación. Llevando al final de sus páginas, un vocabulario con las palabras propias de la jerga del régimen DEDOCRÁTICO y su significado.
En vez de condecorar a los dictadores, habría que condecorar a las patrias y a los patriotas que no se someten a la dictadura del miedo, por todos los sufrimentos que les causan los condecorados, con el cuento de querer salvarlos.
ÍNDICE
Página
4.....................Capítulo primero: El Infladedos y su Cuadrilla Fáctica discuten y aprueban las Leyes y Normas de Conducta, que
deben cumplir los miembros del Gobierno, en
139..................Capítulo segundo: Contubernio feminista contra el Infladedos.
164...................Capítulo tercero: La lucha a muerte por el Poder se ventila a Dedazo
limpio.
208....................Capítulo cuarto: Sigue la lucha, siguen los Dedazos; pero
por causas ajenas a su voluntad.
338......................Vocabulario
“Creo que es a las patrias y a los patriotas que no se someten a la dictadura del miedo, a los que habría que condecorar,
por los sufrimientos que les causan los condecorados,
con el cuento de querer salvarlos ".
TODAS LAS DICTADURAS SIEMBRAN ODIO Y MIEDOS A TRAVES DE LAS
SEPULTURAS LLENAS DE GENTE QUE NO PIENSAN COMO ELLOS